Blog Pasión por el Despacho
Inteligencia artificial. Retos en el ámbito penal
La Inteligencia Artificial resulta de aplicación a todos los campos del mundo legal. En la especialidad del Derecho Penal, la Inteligencia Artificial es utilizada en la investigación criminal, lo que supone un reto para los asesores y abogados en la medida en que han de respetar los derechos fundamentales de cualquier persona.
Uno de los principales riesgos de la Inteligencia Artificial aplicada al Derecho Penal es la falta de transparencia en su uso, lo que dañaría al principio de la defensa y es que, hemos de respondernos a cuestiones tan elementales como, ¿estamos dispuestos a que una Inteligencia Artificial decida sobre nuestro derecho a la defensa?
Y es que, una cosa es utilizar la Inteligencia Artificial para el entretenimiento u otros campos y otra es su aplicación directa a una investigación penal mediante la utilización de sistemas algorítmicos que tomen decisiones relacionadas con lo judicial e, incluso con la policía.
Inteligencia artificial y responsabilidad civil: Vehículos autónomos
Tal y como se ha podido observar, la Inteligencia Artificial es un complejo sistema de algoritmos que pretenden desarrollar tareas llevadas a cabo por el ser humano e, incluso, simularlo.
Es por esta razón, por lo que la Inteligencia Artificial ha incidido en el campo del automóvil, desarrollando vehículos autónomos sin la necesidad de que el conductor interactúe con el vehículo para que lo transporte como venía haciendo.
Empero, a pesar de que la Inteligencia Artificial trae consigo ventajas, lo cierto es que también comporta riesgos, entre los que se encuentra la responsabilidad civil de la Inteligencia Artificial.
Esta responsabilidad civil, ahora aplicada al sector de los automóviles, también puede ser utilizada en otros ámbitos como es el sector sanitario (véase: robot que lleva a cabo una operación y que, cometiendo un error, produce la muerte de un paciente).
La legislación vigente en materia de responsabilidad civil está obsoleta en la medida en que no está adaptada a la nueva realidad, lo que provoca una serie de vacíos legales y que, dejan a merced de la jurisprudencia y doctrina futura su resolución.
Los vehículos autónomos se caracterizan por la programación desarrollada previamente por los fabricantes, así como por una falta de control humano a la hora de conducir el vehículo.
Inteligencia artificial: propiedad intelectual
El crecimiento de la Inteligencia Artificial es palpable desde hace unos años, lo que supone que, los desarrolladores de la misma quieran registrar sus invenciones en las Oficinas oportunas.
Particularmente, tal y como señala la OMPI, se han publicado más de millón y medio de invenciones científicas relacionadas con la Inteligencia Artificial en los últimos tiempos, perteneciendo a distintos sectores como puede ser el entretenimiento, la seguridad, la agricultura o las redes, entre otros.
Por su parte, la mayor parte de los registros de Inteligencia Artificial pertenecen a empresas japonesas y estadounidenses, destacando, entre otros IBM o Microsoft. También, otras entidades como Toyota, Bosch o Samsung lideran el registro de patentes en este ámbito. En cuanto a la titularidad de las mismas, no sólo prevalecen empresas privadas, sino también instituciones públicas y universidades destacando China o Corea, entre otros.
Así pues, se trata de un mercado clave en innovación, lo que ha dado lugar a diversos retos, algunos de ellos relacionados con la Propiedad Intelectual (entiéndase la misma desde una perspectiva amplia).
Inteligencia artificial: Protección de datos personales
La Inteligencia Artificial es una herramienta utilizada hoy en día, sirviéndose de los datos facilitados gracias a la implementación de otras técnicas tecnológicas como son el Big Data, IoT…
Esta obtención de datos debe realizarse de acuerdo con la buena práctica, siendo transparente y, respetando los derechos de las personas, siendo rigurosos y minimizando el impacto negativo.
La Agencia Española de Protección de Datos desarrolló un documento denominado “Adecuación al RGPD de tratamientos que incorporan Inteligencia Artificial. Una introducción”, el cual establece cómo deben ser tratados los datos en el caso en que se incorpore Inteligencia Artificial.
Inteligencia artificial: Problemas jurídicos
Los problemas ligados a la Inteligencia Artificial son algo que preocupa tanto a los profesionales como a la ciudadanía en general. Ya hace una década, especialistas en la materia, como son Carlos Fernández Hernández o Pierre Boulat, se iniciaban en este ámbito, ahondando en las contiendas que podían surgir y el futuro de la Inteligencia Artificial.
La Inteligencia Artificial es la tecnología que más rápidamente se está desarrollando, lo que hace que surjan preguntas legales aún sin resolver. A modo ejemplificativo, ¿Quién responderá en el caso de que un robot cometa un fallo técnico que derive en la muerte de un ser humano? ¿Cómo se protegerán los datos personales a partir de ahora? ¿Y la Propiedad Intelectual?
Con la normativa previamente analizada y, que se espera que entre en vigor en un lapso temporal corto, se pretende obtener un equilibrio entre el avance tecnológico y la ética y protección de los seres humanos.
Sin lugar a dudas, el mayor reto es la ética de la tecnología y ello se debe en buena medida a que, por el momento, no existe una definición única de lo que se entiende por Inteligencia Artificial.
Inteligencia artificial: su regulación
La Inteligencia Artificial es una realidad en el día a día de cualquier asesoría o despacho de abogados, razón por la cual, la Unión Europea prevé regularla para garantizar el uso de la misma de una manera correcta.
Mediante esta regulación, la Unión Europea se posiciona como líder y vanguardia en Inteligencia Artificial, siendo, particularmente, España, el país encargado de dar luz al Reglamento Europeo de uso de la Inteligencia Artificial.