Inteligencia artificial y responsabilidad civil: Vehículos autónomos

Tal y como se ha podido observar, la Inteligencia Artificial es un complejo sistema de algoritmos que pretenden desarrollar tareas llevadas a cabo por el ser humano e, incluso, simularlo.

Es por esta razón, por lo que la Inteligencia Artificial ha incidido en el campo del automóvil, desarrollando vehículos autónomos sin la necesidad de que el conductor interactúe con el vehículo para que lo transporte como venía haciendo.

Empero, a pesar de que la Inteligencia Artificial trae consigo ventajas, lo cierto es que también comporta riesgos, entre los que se encuentra la responsabilidad civil de la Inteligencia Artificial.

Esta responsabilidad civil, ahora aplicada al sector de los automóviles, también puede ser utilizada en otros ámbitos como es el sector sanitario (véase: robot que lleva a cabo una operación y que, cometiendo un error, produce la muerte de un paciente).

La legislación vigente en materia de responsabilidad civil está obsoleta en la medida en que no está adaptada a la nueva realidad, lo que provoca una serie de vacíos legales y que, dejan a merced de la jurisprudencia y doctrina futura su resolución.

Los vehículos autónomos se caracterizan por la programación desarrollada previamente por los fabricantes, así como por una falta de control humano a la hora de conducir el vehículo.

A priori, la responsabilidad civil debe recaer en el fabricante del vehículo autónomo. Ahora bien, ha de valorarse el nivel de automatización de la creación. Esto es altamente importante para determinar la llamada responsabilidad civil por riesgo, toda vez que ello nos permitirá valorar el grado de injerencia que posee el conductor a la hora de tomar decisiones.

También es importante conocer si el vehículo estaba en un estado adecuado pues, si por un casual el vehículo que provoca un accidente no contaba con automatización o era mínima (es decir, que el conductor ha de intervenir), puede surgir o bien una responsabilidad subjetiva del conductor o, una concurrencia de culpas. Al igual, sucede con aquellos vehículos en los que en su desarrollo han participado diversos fabricantes en los que se ha requerido Inteligencia Artificial.

Algunos autores sugieren la posibilidad de que se desarrolle un sistema específico de responsabilidad en el que se le dé al vehículo autónomo personalidad, de tal manera que el mismo deba contar con un seguro obligatorio que haga frente a la responsabilidad civil.

Normativa: IA y responsabilidad civil de los vehículos

Toda vez que no existe actualmente una normativa, ha de aplicarse la Ley General para la Defensa de Consumidores y Usuarios, así como la Ley del Contrato de Seguro, en la medida en que es la normativa general, siempre que concurran los requisitos para su aplicación.

En Europa, fue el Parlamento Europeo quien emitió una resolución en Octubre de 2020 en donde se recomendaba elaborar un sistema de responsabilidad civil específico y aplicable a la Inteligencia Artificial ().

Y, en el caso de España, se produjo una modificación de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, señalando el artículo 11 bis que:  “El titular del sistema de conducción automatizado de un vehículo deberá comunicar al Registro de Vehículos del organismo autónomo Jefatura Central de Tráfico las capacidades o funcionalidades del sistema de conducción automatizada, así como su dominio de diseño operativo, en el momento de la matriculación, y con posterioridad, siempre que se produzca cualquier actualización del sistema a lo largo de la vida útil del vehículo”.

E, incluso, el precepto 66.1, párrafo segundo en lo relativo al permiso de circulación señala que: “En el caso de vehículos dotados de sistema de conducción automatizada, sus características, tanto de grado de automatización como del entorno operacional de uso, se consignarán en el permiso de circulación conforme se desarrolle reglamentariamente.” 

Jurisprudencia:

En 2022, en California se celebró la vista de un caso en el que, un vehículo autónomo chocó contra otro provocando la muerte de los dos ocupantes del vehículo tradicional. Por dichos hechos, se abrieron diligencias de investigación toda vez que, aparentemente, se había producido un fallo en el sistema de piloto automático.

Esta no es la primera muerte provocada por un coche automático y que ha sido analizado por la jurisprudencia y es que en 2020 una conductora fue acusada de homicidio por no estar atenta a la carretera, siendo exonerada de toda culpa la Mercantil desarrolladora del vehículo autónomo. En este caso, se trataba de una prueba de un coche experimental.

Conclusiones:

Habrá de estarse a cada caso en concreto para valorar cuál es el grado de automatización del vehículo, así como ante qué tipología de situación, amén de valorar si se produce o no un delito o, si por el contrario, sólo se abre la vía de la responsabilidad civil.

Guía inteligencia artificial

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