La principal diferencia entre una asesoría y una gestoría viene determinada por el propio nombre. El término "asesoría" se basa en ofrecer orientación y soluciones basadas en análisis detallados de asuntos laborales, contables y fiscales. Sin embargo, es curioso que las mismas asesorías sean reticentes a dejarse asesorar por la Inteligencia Artificial. Esta resistencia parece surgir de una combinación de desconocimiento, aversión al cambio y la percepción de que la tecnología avanzada es cara y compleja de implementar. Esto abre un debate interesante sobre la limitada adopción de la IA en este sector y los beneficios potenciales de su integración.
Actualmente, menos del 10% de las asesorías utilizan IA
Según el informe "Fotografía de la pequeña asesoría en España 2024: Hacia un futuro Inteligente", que publicamos hace unos meses en Cegid, la IA tiene el potencial de automatizar procesos laborales, contables y fiscales, optimizando la gestión diaria de las asesorías. No obstante, la mayoría de las pequeñas y medianas asesorías aún no aprovechan estas ventajas. De hecho, cerca del 90% de los encuestados reconocieron no haber implementado con éxito tecnologías de IA, lo que evidencia un área clara para mejorar. Aunque, desde que realizamos la encuesta, es más que probable que el porcentaje haya variado en favor de la IA.
Las causas de esta baja adopción incluyen la falta de conocimiento y una escasa formación tecnológica. Según el informe, el 70% de los encuestados tenían un conocimiento limitado o nulo sobre IA. Además, el uso de Excel sigue siendo muy común en el sector, con más de la mitad de las asesorías dependiendo de esta herramienta para ciertos procesos. Solo un 7% utilizaba software de Business Intelligence, aunque las soluciones de contabilidad y nóminas están bastante extendidas, alcanzando un 75%.
Esta falta de adopción responde tanto a barreras tecnológicas como a resistencias culturales. Muchas asesorías operan bajo estructuras tradicionales, donde el cambio tecnológico se percibe como un riesgo. Además, la formación en nuevas tecnologías requiere tiempo y recursos que, a menudo, no se disponen, especialmente en las pequeñas empresas y autónomos. Sin embargo, tal y como desprendía el estudio, las asesorías que han comenzado a integrar IA han experimentado mejoras significativas en eficiencia operativa, liberando tiempo para que los asesores se enfoquen en actividades estratégicas.
Un aliado estratégico para mejorar la competitividad
Además de optimizar el trabajo diario, la IA también ofrece análisis de datos en tiempo real y valiosos modelos predictivos para la toma de decisiones. Esta tecnología puede aumentar la precisión de las recomendaciones e identificar oportunidades de negocio que podrían pasarse por alto con métodos tradicionales. Por estos motivos, las asesorías deberían considerar la IA como una inversión a largo plazo que puede ofrecer un retorno significativo en términos de eficiencia, precisión y competitividad.
La personalización del servicio es otro ejemplo de cómo la IA puede beneficiar a las asesorías. Al analizar grandes volúmenes de datos, la IA permite identificar patrones y tendencias, facilitando a los asesores ofrecer soluciones específicas y efectivas. Este nivel de personalización mejora la satisfacción del cliente y fortalece la relación a largo plazo, haciendo que el cliente se sienta más comprendido y valorado.
Finalmente, la adopción de tecnologías avanzadas como la IA puede ser un factor diferenciador, especialmente dado su bajo uso actual. La IA debe ser vista como un aliado estratégico que potencia la capacidad del sector para innovar, mejorar la toma de decisiones y ofrecer valor añadido a sus clientes. El futuro de las asesorías no está en resistirse al cambio, sino en promover la transformación hacia la innovación y la excelencia en el servicio.
