Skip to content

Technology for lawyers, consultancies and agencies

No esperes a 2026: Modernización empresarial y factura electrónica

14 abr., 2025 13
No esperes a 2026: Modernización empresarial y factura electrónica

La reciente decisión del Gobierno de posponer la implementación obligatoria de Verifactu hasta 2026 ha sido recibida con cierto alivio por muchas pymes y autónomos. Algo más que comprensible, si pensamos que el tejido empresarial está compuesto en un 99% por pequeñas y medianas empresas, según el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, las cuales enfrentan una brecha tecnológica que requiere tiempo y apoyo para ser superada. Sin embargo, este aplazamiento no debe verse como una excusa para la inacción. Al contrario, representa una oportunidad para avanzar de manera más firme hacia un modelo de gestión más eficiente y conectado.

La factura electrónica no es solo una obligación legal, va más alla, y la realidad es que va a convertirse en una herramienta transformadora. Su implementación implica un cambio fundamental en la forma de manejar la información fiscal y administrativa. Automatiza procesos, reduce errores, mejora el control financiero y ahorra costes. Además, permite a las empresas operar con mayor rapidez, cumplir con los requisitos de la Agencia Tributaria en tiempo real y establecer una gestión más eficiente y transparente.

2026 está más cerca de lo que parece: ahora es el momento de prepararse.

Este aplazamiento es verdad que ofrece una valiosa ventana de tiempo. Pero debemos verlo como un período en que que las empresas y autónomos pueden (y deberían) utilizar para planificar su transición de manera más ordenada, evitar prisas de última hora y optar por herramientas que superen el mero cumplimiento normativo.

En Cegid llevamos años colaborando con pymes, autónomos y asesorías en su proceso de adaptación tecnológica. Y lo hacemos con una convicción clara: más allá de cumplir con la legislación, lo importante es obtener valor de ese cumplimiento. Las soluciones de gestión actuales permiten automatizar tareas repetitivas, reducir costes operativos, mejorar la trazabilidad documental y, sobre todo, liberar tiempo para enfocarse en lo que realmente importa: hacer crecer el negocio.

La clave está en no posponer decisiones que pueden marcar la diferencia. Las empresas que comiencen este proceso ahora llegarán a 2026 con sistemas completamente operativos, con empleados formados y una cultura empresarial alineada con las nuevas tendencias. Los despachos profesionales, por su parte, tienen una oportunidad única para reforzar su papel como asesores estratégicos, guiando a sus clientes en una transformación que va más allá del papel.

No deberíamos esperar a que la ley nos obligue para adoptar tecnologías que ya han demostrado su eficacia. Las empresas que den este paso ahora estarán mejor preparadas para competir en un mercado cada vez más exigente y digitalizado. Y los despachos que lideren este proceso desempeñarán un rol fundamental como socios estratégicos en la modernización de sus clientes.

El futuro no comienza en 2026. Comienza hoy. La factura electrónica y Verifactu serán obligatorias, sí, pero su valor trasciende el cumplimiento normativo. Es una inversión en eficiencia, control y competitividad. Cuanto antes se dé este salto, más beneficios generará. Es el momento de actuar.