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En los últimos años la figura del asesor fiscal ha tenido que adaptarse y evolucionar para mantenerse al día con las últimas demandas tecnológicas y normativas. Como en el clásico Cuento de Navidad, de Charles Dickens, hoy viajaremos a través del tiempo para observar cómo ha cambiado el rol del asesor fiscal desde el siglo pasado hasta la actualidad y cómo se perfila su futuro cercano. Spoiler: Este viaje nos mostrará la importancia de implementar la factura electrónica y cómo los asesores deben liderar este cambio para asegurar que sus clientes, aparte de cumplir con las normativas, se beneficien de las ventajas que ofrece la digitalización.
En los últimos años, el papel del asesor fiscal ha tenido que transformarse y evolucionar para mantenerse al paso con las nuevas exigencias tecnológicas y normativas. Al igual que en el famoso Cuento de Navidad de Charles Dickens, hoy realizaremos un recorrido temporal para ver cómo ha cambiado la función del asesor fiscal desde el siglo pasado hasta hoy, y cómo se vislumbra su futuro cercano. Una pista: este recorrido nos mostrará la importancia de adoptar la factura electrónica y cómo los asesores deben liderar este cambio para garantizar que sus clientes, además de cumplir con las normativas, se beneficien de las ventajas de la digitalización.
Capítulo I: El asesor del pasado, siempre junto a su calculadora
En una oficina gris llena de cubículos, encontramos al asesor fiscal de antaño, rodeado de montones de papeles y archivadores. Trabaja sin descanso, revisando facturas y registros a mano, consultando interminables manuales de normas fiscales. En aquellos tiempos, la contabilidad era un proceso laborioso y detallado, donde cualquier error podía significar largas noches de correcciones y cálculos manuales.
Este asesor mira con desdén a sus colegas, algunos de los cuales intentan modernizarse. "La tecnología solo complica las cosas", murmura mientras llena su pluma con tinta, listo para realizar una cantidad enorme de operaciones numéricas. La responsabilidad de la correcta facturación recae completamente en sus manos, y cualquier fallo afecta su reputación.
Capítulo II: El asesor del presente, abrazando la digitalización poco a poco
Pasamos ahora al presente, donde encontramos a un asesor que combina el conocimiento tradicional con herramientas tecnológicas avanzadas. Por supuesto, tiene un ordenador portátil en su escritorio, un smartphone siempre a mano, y utiliza un software de contabilidad o ERP que le permite gestionar grandes volúmenes de datos con precisión, agilidad y eficiencia.
Este asesor es consciente de la importancia que la factura electrónica tendrá pronto, una herramienta que no solo agiliza los procesos contables, sino que también garantiza mayor transparencia y control. Sin embargo, enfrenta otro desafío: muchos de sus clientes, especialmente aquellos más apegados a métodos tradicionales, son reacios a adoptar este cambio, a pesar de su próxima obligatoriedad. Sabe que debe educarlos y guiarlos en esta transición para asegurar que su implementación sea exitosa y beneficiosa para todos.
Capítulo III: El asesor del futuro cercano, el asesor GPT
Llegamos al futuro cercano, donde el asesor tributario se convierte en la nueva norma. En este mundo, la factura electrónica no es solo una opción; es un requisito reglamentario. Los asesores, además de mantenerse al día con las últimas normativas y tecnologías, deben desempeñar un rol proactivo en la concienciación y formación de sus clientes.
El asesor utiliza inteligencia artificial y blockchain para asegurar que las facturas sean precisas, inmutables y fácilmente accesibles. Su responsabilidad ha evolucionado; ya no es solo un guardián de la contabilidad, sino un guía que lleva a sus clientes hacia el futuro, ayudándolos a adaptarse a las nuevas tecnologías y a cumplir con las normativas de manera eficiente. Este es el “asesor GPT”: Gran Profesional Tributario. Son los más interesados en que sus clientes —es decir, las empresas— adopten la digitalización y, de este modo, faciliten su trabajo diario.
Epílogo: La metamorfosis del asesor y la llegada de la factura electrónica
La historia del asesor ha cambiado radicalmente desde los días de la calculadora y el archivador hasta la era digital avanzada. La evolución hacia la factura electrónica es inevitable y necesaria.
La figura del asesor tributario no solo sigue siendo relevante en este nuevo entorno, sino que se vuelve aún más crucial. Los asesores deben convertirse en embajadores del cambio, facilitando la comprensión y adopción de nuevas tecnologías, ya sea la factura electrónica u otros avances que permitan tanto al cliente como al asesor optimizar su tiempo y productividad.
Es esencial que los asesores comprendan su papel central en este proceso y se preparen para ser líderes y educadores en sus comunidades profesionales. La transición a la factura electrónica representa una oportunidad para redefinir y elevar la profesión, asegurando que los clientes estén bien informados y listos para enfrentar los desafíos y oportunidades del futuro tributario.
Como en Cuento de Navidad, de Dickens, la historia del asesor nos muestra que, aunque los tiempos y las tecnologías cambien, la dedicación y el compromiso con la excelencia deben permanecer siempre. Los asesores deben unirse al cambio y guiar a sus clientes hacia un futuro más eficiente y transparente, asegurando el éxito y la sostenibilidad de sus negocios en el mundo digital