Hasta ahora, la Inteligencia Artificial General (AGI, por sus siglas en inglés) era más un concepto filosófico que una categoría técnica. Cada avance —de AlphaGo a ChatGPT parecía acercarnos a ese horizonte, pero sin una definición concreta, nadie podía afirmar cuánto faltaba para alcanzarlo.
El nuevo informe “A Definition of AGI”, publicado el 23 de octubre de 2025 por un equipo internacional de investigadores liderado por Dan Hendrycks (Center for AI Safety) y con coautores como Yoshua Bengio, Erik Brynjolfsson, Gary Marcus y Dawn Song, propone por primera vez una definición operativa, medible y científica de la AGI.
Su punto de partida es claro: la AGI es una inteligencia artificial capaz de igualar o superar la versatilidad y la competencia cognitiva de un adulto bien educado.
Diez dominios cognitivos para medir la inteligencia
El documento introduce un marco basado en la teoría psicométrica Cattell-Horn-Carroll (CHC), ampliamente usada en la evaluación de la inteligencia humana.
Según esta teoría, la inteligencia no es una habilidad única, sino un conjunto de capacidades interconectadas que van desde la memoria y el razonamiento hasta la percepción visual o auditiva.
El equipo adapta esta teoría al contexto de la IA, estableciendo diez dominios cognitivos principales, cada uno ponderado con un 10 % del total del “AGI Score”:
Conocimiento general
Lectura y escritura
Habilidad matemática
Razonamiento en tiempo real
Memoria de trabajo
Almacenamiento de memoria a largo plazo
Recuperación de memoria a largo plazo
Procesamiento visual
Procesamiento auditivo
Velocidad cognitiva
Cada dominio se mide con pruebas equivalentes a las que se aplican a humanos en psicometría: desde resolver matrices de Raven o problemas de cálculo diferencial, hasta reconocer rostros, mantener un ritmo musical o detectar anomalías en vídeos.
GPT-5 alcanza el 57 % del nivel de una mente humana
Los resultados de este primer marco comparativo revelan datos tan reveladores como inquietantes:
- GPT-4 obtiene una puntuación del 27 %, lo que equivale a un “nivel infantil avanzado”.
- GPT-5 asciende al 57 %, con mejoras sustanciales en conocimiento, razonamiento y multimodalidad, pero con déficits críticos en memoria a largo plazo y velocidad
“Los sistemas actuales pueden resolver tareas complejas, pero fallan en habilidades básicas como recordar información pasada o aprender de la experiencia”, señala Hendrycks en el estudio.
Este diagnóstico muestra un progreso espectacular en apenas dos años, pero también pone en evidencia la asimetría cognitiva de la IA: modelos extremadamente competentes en unas áreas y casi disfuncionales en otras.
El gran talón de Aquiles: la memoria
El informe identifica el almacenamiento de memoria a largo plazo (Long-Term Memory Storage) como el principal obstáculo para alcanzar la AGI. Tanto GPT-4 como GPT-5 obtienen un 0 % en esta categoría, lo que los convierte en entidades con una forma de “amnesia estructural”: cada sesión comienza desde cero, sin aprendizaje experiencial.
Los autores comparan esta limitación con un cerebro humano sin hipocampo: capaz de razonar y hablar, pero incapaz de consolidar recuerdos.
La segunda gran carencia es la precisión en la recuperación de memoria: los modelos todavía confunden datos o “alucinan”, lo que impide considerarlos sistemas de conocimiento fiables.
Un marco con impacto económico y ético
Aunque el estudio evita asociar la AGI con el valor económico —en alusión a la definición empresarial que OpenAI y Microsoft propusieron en 2024, vinculada a los 100.000 millones de dólares de beneficios, sus implicaciones van mucho más allá del ámbito técnico.
Este marco permite cuantificar de forma independiente el avance real hacia la inteligencia general, evitando tanto el triunfalismo corporativo como el alarmismo mediático.
Además, puede servir como base para evaluaciones éticas y regulatorias en la Unión Europea, donde el AI Act exigirá cada vez más transparencia sobre las capacidades y riesgos de los modelos avanzados.
Un sistema cognitivo “dentado”: genial en unas áreas, torpe en otras
Los autores introducen el concepto de “perfil cognitivo dentado”, para describir la irregularidad del desarrollo de la IA actual. Mientras que GPT-5 supera a la mayoría de humanos en cálculo o comprensión lectora, fracasa en razonamiento adaptativo, planificación y aprendizaje de largo plazo.
La metáfora utilizada en el documento es la de un motor de alto rendimiento con piezas defectuosas: puede alcanzar velocidades espectaculares, pero carece de equilibrio y resistencia para sostener un pensamiento realmente general.
¿Cuánto falta para la AGI?
El marco define el 100 % como el punto en que un sistema iguale la versatilidad y competencia cognitiva de un adulto bien educado, no una inteligencia “superhumana”.
Si GPT-5 está en el 57 %, el informe sugiere que la AGI aún está lejos —“improbable en el próximo año”, señala textualmente—, pero su llegada ya puede medirse con una metodología objetiva y replicable


