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13 decisiones estratégicas sobre la IA que marcarán el desarrollo humano

24 jun., 2025 26
13 decisiones estratégicas sobre la IA que marcarán el desarrollo humano

La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser una promesa futura para convertirse en una realidad presente. Desde los algoritmos que gestionan contenidos hasta los asistentes virtuales en despachos y plataformas legales, su avance es innegable. Sin embargo, el Informe sobre Desarrollo Humano 2025 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) plantea una cuestión crítica: el impacto de la IA no depende de su capacidad técnica, sino de las decisiones que las sociedades tomen sobre cómo utilizarla.

A continuación se analizan 13 decisiones clave, extraídas del informe y adaptadas al contexto profesional, que marcarán el rumbo de la IA en las próximas décadas. La pregunta no es qué puede hacer la tecnología, sino qué elegimos hacer con ella.

La cultura de origen importa

La mayoría de los sistemas actuales de IA han sido desarrollados en países con un Índice de Desarrollo Humano (IDH) muy alto, lo que genera sesgos culturales importantes. Las respuestas de modelos como ChatGPT están más alineadas con estos países que con contextos emergentes. Esto limita la neutralidad y la aplicabilidad global de sus recomendaciones, lo cual es especialmente relevante en ámbitos como el derecho internacional, la fiscalidad comparada o la consultoría transfronteriza.

El riesgo no es la superinteligencia, sino la IA mediocre

El verdadero peligro reside en el uso generalizado de tecnologías que automatizan tareas sin aportar ganancias reales de productividad. Esta "IA regular", como la denomina el informe, puede erosionar el empleo y generar ineficiencias estructurales si no va acompañada de políticas activas.

Cada persona es ya una tomadora de decisiones con IA

El futuro de la inteligencia artificial no está solo en manos de grandes empresas tecnológicas. La manera en que profesionales, despachos y organizaciones adoptan o rechazan herramientas de IA determina su impacto social y económico. Decisiones aparentemente menores, como automatizar informes, usar plantillas legales generadas por IA o aceptar sus recomendaciones sin revisión crítica, contribuyen a definir el modelo tecnológico dominante.

El relato del milagro tecnológico debilita la acción humana

El discurso que atribuye a la IA la capacidad de resolver todos los problemas puede desmovilizar la acción política y profesional. Cuanto más se delega en la tecnología, menor es la exigencia sobre los actores institucionales para aplicar reformas estructurales. El informe del PNUD advierte sobre esta pérdida de agencia colectiva.

Las personas esperan aumento, no sustitución

Según la encuesta global incluida en el informe, el 61 % de los encuestados considera que la IA mejorará su productividad en el trabajo, pero solo si existen políticas e incentivos adecuados para garantizar esa complementariedad.

La automatización se saltó al sur global. El aumento no debe hacerlo

La era de la automatización industrial apenas generó beneficios en muchas regiones del sur global. Si la era de la inteligencia aumentada sigue el mismo camino, la brecha digital se convertirá en un abismo estructural. España debe prestar especial atención a sus regiones menos digitalizadas y reforzar las políticas de capacitación.

El aumento es más efectivo en trabajadores menos experimentados

La IA no solo mejora la eficiencia de perfiles altamente cualificados. De hecho, según el informe, los beneficios más notables se producen entre trabajadores con menor experiencia, como operadores de atención al cliente, redactores o consultores junior.

Las narrativas dominantes determinan las políticas

Si el debate público se limita al control de riesgos o al miedo a la automatización, se pierde de vista el potencial transformador de la IA para reimaginar el desarrollo. Es necesario construir un relato que vincule inteligencia artificial y derechos humanos, innovación y cohesión social.

El bienestar juvenil se deteriora

El informe muestra un descenso preocupante en los indicadores de salud mental entre jóvenes, especialmente en países con alto IDH. Las tecnologías digitales, incluida la IA, influyen negativamente cuando sustituyen interacciones humanas o intensifican la hiperconectividad.

Las conexiones humanas cobran más valor

A medida que la IA mejora en la simulación de comportamientos humanos, lo auténtico se vuelve más escaso y valioso. En sectores como la abogacía, la mediación o la asesoría personalizada, el juicio humano y la empatía serán activos diferenciales.

La IA asistencial promueve la inclusión

Tecnologías como la traducción automática al lenguaje de signos o los subtítulos en tiempo real están ampliando el acceso a servicios esenciales. Sin embargo, esto solo ocurrirá si se garantiza su disponibilidad y adaptabilidad a colectivos vulnerables.

Necesitamos nuevos indicadores para evaluar la IA

No basta con medir la precisión o la velocidad de procesamiento. Se necesitan indicadores que valoren el impacto real de la IA en el desarrollo humano, la equidad social o la calidad democrática.

La nueva división global será funcional, no solo tecnológica

No se trata solo de tener acceso a la IA, sino de cómo se utiliza. Países y organizaciones que apuesten por complementar al ser humano, en lugar de reemplazarlo, generarán mayores beneficios sociales y económicos. La disyuntiva es clara: empoderar o automatizar.

La inteligencia artificial no es una fuerza autónoma e inevitable. Es una herramienta poderosa cuyo impacto dependerá de las decisiones que tomen los Estados, las empresas y los profesionales. En el ámbito de los despachos profesionales, esto implica adoptar un enfoque estratégico, ético e inclusivo que promueva la complementariedad entre personas y máquinas. El desarrollo humano no puede depender de la lógica algorítmica. Depende de nuestras elecciones.