
Meta quiere liderar la revolución de la inteligencia artificial general (AGI), y Zuckerberg ha decidido tomar personalmente el mando. ¿Qué significa esta ofensiva para el ecosistema tecnológico y qué puede aprender el sector profesional español de esta estrategia?
El despertar definitivo de Meta en la carrera por la AGI
Mark Zuckerberg, CEO de Meta, ha lanzado una ofensiva sin precedentes para posicionar a su empresa como líder mundial en inteligencia artificial general (AGI). Esta vez, no se trata solo de una inversión más en modelos de lenguaje: hablamos de una estrategia personal, directa, y altamente agresiva, con la que Zuckerberg ha creado su propio "Equipo A" de superinteligencia. [Wall Street Jornal]
Desde reuniones privadas en su casa hasta ofertas de hasta 100 millones de dólares por fichaje, el fundador de Facebook quiere hacer de Meta el nuevo OpenAI. Y lo quiere hacer ahora.
Un laboratorio de élite en Menlo Park
La iniciativa incluye la creación de un nuevo laboratorio AGI en la sede de Meta en Menlo Park, compuesto inicialmente por 50 personas altamente seleccionadas. La meta (nunca mejor dicho): desarrollar una IA con capacidades cognitivas similares o superiores a las humanas. En el centro de esta operación se encuentra el fichaje de Alexandr Wang, CEO de Scale AI, con quien Meta negocia además una inversión de hasta 15.000 millones de dólares.
Este grupo, al que ya se conoce internamente como el “superintelligence team”, operará bajo máxima discreción, con recursos prácticamente ilimitados y acceso prioritario a toda la infraestructura de IA de Meta. [Financial Times]
El nuevo paradigma en la guerra del talento
Zuckerberg ha transformado la captación de talento en una misión personal. A través de contactos directos por WhatsApp y correo electrónico, ha intentado atraer a los mejores perfiles del mundo, incluidos investigadores de OpenAI y Anthropic. Este enfoque, directo y sin intermediarios, marca un punto de inflexión en la competencia global por el talento en inteligencia artificial.
En España, donde la fuga de talento tecnológico sigue siendo un problema estructural, este tipo de movimientos deberían hacernos reflexionar. ¿Qué estamos haciendo para retener y potenciar a nuestros propios investigadores y desarrolladores? ¿Dónde están las “misiones país” en inteligencia artificial?
¿Puede Meta liderar la superinteligencia?
Meta no parte de cero, pero tampoco lidera. Su modelo LLaMA 4 ha quedado por detrás de GPT-4 y Claude 3, y las recientes críticas por manipulación de benchmarks han afectado a su reputación. Sin embargo, la nueva estrategia tiene una virtud: enfoque total y sin distracciones. Y si algo ha demostrado Zuckerberg en el pasado es que cuando se obsesiona con una idea, la lleva hasta el final.
La gran pregunta es si este enfoque centralizado y verticalizado —más propio de una startup que de una big tech— será suficiente para generar una auténtica disrupción. En un contexto en el que los reguladores observan con lupa cada movimiento y el debate ético sobre la AGI se intensifica, el margen de error es mínimo.
Claves para despachos profesionales: ¿qué podemos aprender?
- Liderazgo directo en innovación: delegar está bien, pero implicarse personalmente marca la diferencia. En los despachos, la transformación digital no puede ser un proyecto secundario.
- Talento como prioridad: captar y retener talento ya no es solo cuestión de salario. El entorno, los proyectos y la visión estratégica son claves.
- Colaboraciones inteligentes: igual que Meta se apoya en Scale AI, los despachos deben buscar alianzas tecnológicas estratégicas (con startups, universidades, plataformas SaaS, etc.).
- Mentalidad de “laboratorio”: crear pequeños equipos internos con libertad para experimentar puede marcar la diferencia. Un “equipo A” interno puede ser más eficaz que una gran estructura burocrática.